La vida no es más que el aprender del día a día, la vida es en pocas palabras sinónimo de experiencia; aunque a veces estas experiencias puedan marcarnos para siempre, lo cierto es que de ellas aprendemos mucho, por más injustas que nos parezcan, por más que no aceptemos lo que pasa en nuestro alrededor, siempre debemos preguntarnos:
¿Cuál fue la enseñanza que me dejó dicha experiencia?
Y así encontrarás la respuesta
Quizás no la encuentres en el momento, pero si algún día y cuando llegue ese día, será cuando realmente entiendas porqué pasó y verás, eso que te ha sucedido, ha pasado para bien, aunque en principio no lo aceptes.
No visualices la vida como injusta y amarga, aprende a aceptar lo que pasa, ya que todo ocurre por una razón. Y si te detuvieras a pensar en el Por qué sin pensar egoístamente y sólo en ti, entonces tal vez encuentres la respuesta a esa pregunta y puedas finalmente encontrar esa paz en ti mismo que en el fondo tanto deseas; piensa que ese problema que tanto te agobia te ocurrió solo para ganar experiencia en tu vida, para aprender, o para hacerte más
fuerte ante determinadas circunstancias, si lo que te está pasando es injusto, tranquilo, ya llegará el día en donde te sea recompensada tanta injusticia, ten siempre en cuenta que lo que cultivamos lo recibiremos del igual forma, da amor si quieres recibir amor, no te frustres porque le has entregado todo tu amor a alguien sin recibir nada a cambio, recuerda que muchas veces sembramos amor esperando recibirlo del que está a tu lado y resulta que lo recibes del que está del otro lado, ¿te das cuenta? de alguna manera has sido recompensado.
No te quejes por lo que pasa o por lo que pueda pasar, solo levántate, lucha, obra y deja que todo fluya libremente, no intentes nadar en contra de la corriente ya que por detenernos en circunstancias sin importancia dejamos de un lado lo que realmente importa.
Recuerda que no existen fracasos sino nuevos comienzos, no te desanimes, aprende a comenzar y a recomenzar, si algo te pasa levántate y lucha. Deja que el amor reine en tu corazón y por más chascos y tropiezos que hayas tenido en tu camino mantén siempre esa sensibilidad que te caracteriza y esa chispa de amor que irradias en tu alma, recuerda, cuando amamos perdemos la facultad de ser heridos.
Ante cualquier situación en tu vida debes tener siempre fe, mientras haya fe existe la paz y por lo tanto hay reposo, de lo contrario sólo podrás sentirte agobiado, desesperado y muy insatisfecho.
Jamás aparentes lo que no eres ya que así pierdes automáticamente la esencia del verdadero yo, o sea, de quien eres tú en realidad, deja que la voz de tu corazón sea el reflejo de tu alma.
Perdona, el perdón nos libera. No guardes viejos resentimientos dentro de tu corazón en contra de tu prójimo, tienes que saber amar para poder perdonar, perdona y sigue tu camino.
Vive la vida disfrutando cada segundo, minuto y hora, siempre habrá algo nuevo que aprender, no desmayes ni permitas que se desvanezca tu fe; y por encima de cualquier cosa, jamás te olvides de Dios, ese ser tan especial que ha querido que estés hoy aquí.
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